Ya estamos aquí, ha llegado el
momento de enviar a nuestros retoños al cole, de desprendernos de ellos por unas
horas.
En algunos casos puede ser un
trago difícil y hasta traumático, aunque para ser justos deberíamos señalar que
a veces es más difícil y más traumático para los propios padres que para los
niños.
Desde luego es un paso que
deberíamos decidir con la seguridad de que van a estar muy bien cuidados y
atendidos
Vamos a ver las cosas desde un
punto de vista positivo:
–
El cole le va aportar a nuestros niños unas
posibilidades de socialización más amplias de las que le proporcionamos
nosotros, va a estar en contacto con otros niños y otros adultos fuera de su
entorno familiar.
–
Como ya debéis haber oído y leído infinidad de
veces. Los niños, en sus primeros años de vida son “esponjas” en constante
proceso de aprendizaje. Por ello, exponerlos a más estímulos, como los que les
van a facilitar en la escuela, les va a ayudar a diversificar esas
posibilidades de aprendizaje.
–
También puede ser positivo para nosotros el
hecho de separarnos de nuestros hijos durante unas horas. Evitamos el
“cansancio” del contacto constante, apreciaremos mejor el tiempo que estemos
con ellos, hay que hacer hincapié en el tiempo de calidad, es decir, es mejor
estar un tiempo con nuestros niños prestándoles una atención completa, que
estar todo el día con ellos pero sin “hacerles caso”.
–
El tener otras actividades en nuestra vida,
aparte del cuidado de nuestros hijos es positivo y enriquecedor, tanto para
nosotros como para nuestros hijos.
–
Al enviar a nuestros niños al colegio, vamos a
contar con unas nuevas fuentes de información en cuanto a nuestras dudas sobre
su cuidado y educación: los profesores y personal del centro, así como los
demás padres del colegio. Aprovechémoslas.
Vamos a pasar a los consejos sobre
cómo afrontar estos primeros días:
–
Como ya hemos dicho, hay que tener una actitud
positiva, debemos ser los primeros en ver esta etapa como algo positivo, para
que nuestros hijos lo perciba de esta manera, aunque os parezca que no se da
cuenta; les tenemos que transmitir seguridad y confianza, para ello debemos
hablar de la escuela de manera positiva (nunca utilizarla de manera negativa).
–
Dentro de lo posible, nos va a ayudar mucho el
ir con tiempo, organicémonos bien para poder ir a la escuela sin prisas.
Despertarnos con tiempo para asearnos, vestirnos (dejar las cosas preparadas la
víspera), desayunar con calma, llegar al cole tranquilos, eso nos facilitará
despedirnos “contentos”, sin estresarnos por situaciones secundarias.
–
Puede ser muy divertido preparar las cosas del
cole con nuestros niños, la ropa, el material... compartir esas “pequeñas
cosas” nos sirve para concienciarnos del paso que vamos a dar y lo deberíamos
ver con un enfoque positivo e ilusionante.
–
Relacionado con esto, es bastante probable que
cambie ritmos de sueño al ir al cole, necesitará descansar más, por eso es
importante observarlos y adaptar en lo posible los períodos de descanso,
acostarlos antes, si aún hacen siesta dejarles que la hagan más larga...
–
El momento de la despedida, es fundamental la
sonrisa, que sean despedidas cortas, un beso, un abrazo, ser cariñosos (pero
sin exagerar la nota) y positivos; “pásatelo muy bien”: frases que le pueden
transmitir seguridad. No debemos desaparecer, ni aprovechar un descuido para
irnos.
–
Al ir a buscarlos, animadles a que os cuenten lo
que han hecho, cómo se lo ha pasado, que os hable (pero sin que se convierta en
un interrogatorio molesto), jugad con ellos, divertíos juntos y disfrutad del
tiempo que compartís.
–
Es muy importante la comunicación con el
profesorado, procurad estar informados de lo que hacen, lo que comen, incluso
cómo juega y con quién se relaciona nuestro hijo. Los niños se pueden comportar
de manera diferente en distintos entornos, así que, mantened una actitud
abierta ante lo que os digan, os pueden ayudar a conocer mejor a vuestro hijo.
–
Los niños, igual que los adultos, no son
máquinas, y cambian de “opinión”, que llore un día al dejarlo en el cole no
significa que todos los días vaya a llorar, debemos insistir en darle confianza
y ser positivos. Por cierto, como ya os habrán dicho incontables veces, a la
gran mayoría de los niños que lloran en la puerta del cole, se les pasa el
disgusto nada más dar media vuelta.
–
Por otro lado, que entren felices el primer día
no garantiza que esto vaya a ser así todo el curso. Tened por seguro que
pasarán por etapas en las que no querrán ir, enfermedades, disgustos en el
cole, mimitis aguda… mucha paciencia con estas fases, sed comprensivos, pero firmes
en vuestra decisión de enviarlos al cole.
–
Puntualidad. Es muy importante tanto en las
entradas, para que los niños puedan ir con sus compañeros, en grupo y empiecen
las actividades de aula todos juntos; como en las salidas, para que no se
sientan “abandonados”, el ver a una persona de referencia al salir del cole es
tranquilizador.
Lo dicho, ¡mucho ánimo!
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