Bueno, parece que puedo retomar
mi blog. Hemos terminado las actividades extraescolares y mi agenda se ha
liberado mínimamente.
Los últimos tres meses he estado
trabajando en un “Programa de Ocio
Educativo” en un colegio (por coincidencias de la vida me ha tocado el de mi
niño grande). Se trata de un programa para las tardes en los coles, que ha
puesto en marcha el Ayuntamiento de Coruña, para hacer más atractivas a los
niños algunas de las facetas más “duras”, como son la lectura, las matemáticas
y nuestra adorada “aprender a aprender”, y de paso colaborar con la
conciliación de la vida laboral y familiar de sus padres.
Bueno la conclusión, teniendo en
cuenta que he tenido 3 grupos con unos chavales de lo más majos, que como ya
sabéis tanto mi formación como mi vocación es la educación, que me encantan los
niños… es que lo de dedicarse a educación en estos tiempos está sumamente
infravalorado.
Probablemente como en más facetas
de nuestra vida, en las que criticamos alegremente, sin pararnos pensar en lo que decimos; la gente que
critica a los profesores, centrándose en sus vacaciones, etc. debería pasarse
una horita con un grupo de educación primaria a ver qué cuerpo se le queda, y
después multiplicarlo por las horas lectivas que tienen que impartir los profes
al final de la semana.
A ver, yo ya tenía bastante
claro, que viendo que a veces tus propios hijos (cuyo número no suele superar
los 2, por lo que veo a mi alrededor) te sacan de quicio, no sabes cómo
entretenerlos, no encuentras la manera
de llegarles, etc., etc. pues multiplicarlo por 20 o 25 chavales que
están en las aulas como mínimo 5 horas al día…
Pero es que una cosa es pensarlo
y otra vivirlo; de verdad que siento que los profesores están infravalorados,
infrapagados y muchos infras más.
Tienes que tener muchas ganas,
mucho ánimo, mucha vocación para ir todos los días a trabajar con niños en
general y con algunos grupos especialmente. Cada hora lectiva lleva un montón
de horas detrás de preparación, de actividades, de comeduras de cabeza para ver
cómo motivarles, etc...
Así que por favor, no critiquemos
sin ponernos en la piel del otro.
Como última reflexión (por hoy),
en los tiempos que estamos viviendo de recortes de servicios públicos, no
olvidemos que lo que sembramos hoy, lo recogemos mañana o más bien lo recogerán
nuestros hijos; partiendo de que estoy
encantada de vivir en una sociedad en la que, dentro de las posibilidades
económicas de cada uno, lógicamente, los
padres podemos escoger dónde van a estudiar nuestros hijos, si en un cole
público o en uno privado, no debemos olvidar que estamos en un Estado Social
(lo dice nuestra Constitución) y , por tanto, la educación pública (como la
sanidad o el resto de nuestros servicios públicos) es un derecho fundamental e
inalienable, que sirve para garantizar la igualdad de oportunidades, debemos
estar orgullosos de ella e intentar mejorarla, que hay mucho que mejorar,
evidentemente, pero para eso necesita inversión y colaboración (los padres tendríamos
que participar en aquellos ámbitos que se nos brindan, AMPAS, Consejos
Escolares, etc.), no se le ayuda con recortes y ataques.
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